CÓRDOBA.- Lo de River se repite fecha a fecha, como un disco rayado. No engancha un acorde, baja los brazos rápido y luego las padece a todas cuando entrega las riendas al director de orquesta. Qué decir del planteo improvisado de Juan José López anoche para el primer enfrentamiento de la Promoción con Belgrano. Qué decir de la desidia ofensiva del que todavía lleva el nombre de equipo grande, pero por lo que consiguieron aquellas viejas glorias e ídolos de una institución ahora sí totalmente sumida en un pozo sin escape.
No hizo nada bien River, en cambio Belgrano sí. Fue "millonario" de ideas y bien astuto para cobrarse las macanas ajenas en la red de Carrizo. Penal infantil de un veterano como Román, sentencia ejecutada a la perfección de Mansanelli. 1-0.
Ese cúmulo de defensores colocados en el Gigante de Barrio Alberdi de nada le sirvió a "JJ", que dejó escapar lágrimas de sal, de dolor al ver como al toque de haber iniciado el complemento madrugaban en un córner a Almeyda y después en el piso a Arano. Pereyra le puso "Picante" al partido, anotó el 2 a 0 y se armó la podrida. Los violentos de siempre no se bancaron la sinfonía celeste, cortaron el partido y ¡amenazaron a sus jugadores! (ver aparte). El apurón sirvió para enfriar el juego y, créase o no, darle aire a un River en coma, listo para recibir una goleada que no se consumó de casualidad. (Especial)